La notación musical tiene su origen en Grecia, en los tratados de Aristóxeno de Tarento, entre los siglos IV y III a.C. Éste desarrolló sus teorías sobre el uso corriente de la escritura musical y a su vez, resaltó que este hecho era una costumbre propia de filósofos y teóricos más que de los mismos compositores, así lo manifiestan imágenes de la Grecia antigua, dónde los interpretes de forma poco convencional, observaban algún pergamino que sugiriera lectura en la ejecución instrumental. Posteriormente en el siglo II a.C, en la ciudad costera de Trales en Asia menor, un hombre conocido como Seikilos, ordena construir un epitafio tallado en una columna de mármol, el cual llevaba un fragmento de inscripción griega dirigido a su difunta esposa Euterpe, y sobre su letra, se encontraba escrito lo que se conoce como notación musical. Dicho epitafio reza: “Mientras estés vivo, brilla, no dejes que nada te entristezca, porque la vida es corta y el tiempo exige su retribución” . Otro de
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